Paradigmas para una Transformación Universitaria Democrática.
Ante la grave crisis que atraviesa la Universidad de Nariño causada por la administración del rector Silvio Sánchez y con la más honda preocupación por el camino que puede tomar la institución, el Proyecto Académico Concertación por la Universidad invita a la discusión perentoria sobre como debe ser conducida el Alma Mater por los marcos democráticos y autonómicos que la patria le ordena, planteando la revocatoria inmediata del mandato del profesor Sánchez Fajardo y la elección de Decanos y Directores de Departamentos, conculcadas por la Administración actual.
1. Gobierno político de la Universidad Pública.
La situación de la universidad requiere una amplia y permanente discusión política sobre su visión y misión, que conlleve a una cultura del respeto, la libertad de expresión, movilización, libre cátedra y la democracia, hoy evidentemente amenazadas. Es inexplicable el incremento de acciones y actitudes dictatoriales manifestadas en la negación y eliminación de los procesos democráticos internos que le costaron al movimiento estudiantil y profesoral sangrientas batallas que han terminado con la vida de muchos de nuestros valientes compañeros caídos en la defensa de estos postulados universitarios que se ridiculizan como democraterismo. El amedrentamiento a la libertad de pensamiento, opinión, decisión y organización, se manifiesta en la persecución académica al sector de profesores hora cátedra, amparada en arbitrarias reparticiones de carga académica que son instrumento de discriminación y señalamiento empleado por Decanos y Directores de Departamento (hoy nombrados a dedo por el rector como en los mejores tiempos de la repartija burocrática gubernamental). Esto unido a la difamación sistemática camuflada en el anonimato, práctica de vieja data de los que hoy ostentan el poder, deja entrever el estado vergonzoso en el que cayó nuestra universidad donde los dirigentes se olvidaron de discutir sobre los temas esenciales prefiriendo la banalidad burocrática que nada tiene que ver con nuestra misión. La represión a los trabajadores y la disminución de sus salarios indican una evidente política privatizadora y persecutora de la institución.
La acción de estos grupos que ostentan ideologías sectarias e impositivas nos obligan a levantarnos para recuperar la universidad como un espacio abierto al debate académico y científico, al análisis del conflicto social, a la crítica y práctica de la libertad, al ejercicio de la democracia, al trabajo investigativo, a la innovación y creación artística en búsqueda del sentido humano.
Una buena Administración, es el factor fundamental en la conducción integral de la misma, por ello, la elección directa de los dignatarios en todos los niveles es fundamental e irrenunciable. La lucha por el poder total y antidemocrático en nuestra universidad obedece en definitiva a una puesta en escena de visiones políticas ajustadas a intereses foráneos agenciados por los gamonales locales de turno, que ven a la universidad como un fortín de prebendas burocráticas y una pasarela de las vanidades individuales que han obnubilado las acciones colectivas de este centro educativo, forjado contra vientos retardatarios y dictatoriales desde su misma creación y que hoy lamentablemente campean por nuestra institución.
Cabe destacar que la comunidad universitaria latinoamericana nos previene de estas prácticas y nos exhorta en el documento actual Declaración de la Conferencia Regional de Educación Superior de América Latina y el Caribe (CRES), a enarbolar los principios que constituyen hoy orientaciones fundamentales en materia de autonomía universitaria, cogobierno, acceso universal y compromiso con la sociedad.
Dice el documento : «Los desafíos y retos que debemos enfrentar son de tal magnitud que, de no ser atendidos con oportunidad y eficacia, ahondarán las diferencias, desigualdades y contradicciones que hoy impiden el crecimiento de América Latina y el Caribe con equidad, justicia, sustentabilidad y democracia para la mayoría de los países que la conforman.» Mientras la Administración Sánchez habla de excesivo democraterismo, la comunidad universitaria internacional pide a gritos defender estos principios irrenunciables y necesarios para el desarrollo de la región.
Agrega el documento: «Las respuestas de la Educación Superior a las demandas de la sociedad han de basarse en la capacidad reflexiva, rigurosa y crítica de la comunidad universitaria al definir sus finalidades y asumir sus compromisos. Es ineludible la libertad académica para poder determinar sus prioridades y tomar sus decisiones según los valores públicos que fundamentan la ciencia y el bienestar social. La autonomía es un derecho y una condición necesaria para el trabajo académico con libertad, y a su vez una enorme responsabilidad para cumplir su misión con calidad, pertinencia, eficiencia y transparencia de cara a los retos y desafíos de la sociedad. Comprende asimismo la rendición social de cuentas. La autonomía implica un compromiso social y ambos deben necesariamente ir de la mano. La participación de las comunidades académicas en la gestión y, en especial, la participación de los estudiantes resultan indispensables.»
2. Autocrítica honesta y rectificación del camino.
Siempre habrá un culpable , pero no seré yo . Jean Manuel Serrat
Es absolutamente claro que esta Administración durante el primer semestre 2008 no posibilitó ningún vestigio de oposición crítica, por lo tanto, no puede culpar a nadie de sus errores. El discurso publicitado del profesor Sánchez de disminuir a todo el personal de la Administración anterior con el fin de suprimir la burocracia no se hizo efectivo quedando como una simple propaganda porque los cargos fueron cubiertos sin una evaluación técnica de desempeño aunque si en su mayoría con gente cercana a la Administración e incluso familiares. El clientelismo y el nepotismo tan criticado al rector anterior se hicieron nuevamente realidad.
La eliminación de las elecciones para Decanos y Directores se constituyó en una clara violación a la historia democrática de la UDENAR, aún más, revestida de la farsa de las ternas donde el Rector elige y remueve a sus más cercanos amigos a dedo, dando una clara muestra de inestabilidad e incapacidad administrativa que de tiempo atrás impera en nuestra universidad. Para todos quedó claro que la única razón real para suspender las elecciones fue que la Administración perdería la mayoría de Decanaturas y Departamentos.
La confusión entre Plan de Desarrollo y Reforma Universitaria condujo a la administración a la redacción de un documento , rechazado por varios supuestos integrantes de la comisión redactora por ser incluidos sin haber participado, lo que generó mas desconfianza en los métodos empleados. La participación en la «Reforma» realmente no alcanza al 3% de los actores universitarios( aunque de modo falso se afirma que » se realiza con los 8758 estudiantes de pregrado»), situación agravada por la inexistencia de normas concretas sobre aprobación de la misma y procesos posteriores explicitados claramente.
La destitución en la práctica del profesor Jesús Martínez como Vicerrector Administrativo, motivo que nunca se ha explicado con claridad y transparencia a la comunidad universitaria, demuestra la grave crisis cuando posteriormente es consolado con el cargo de decano. Es gravísimo que en menos de un semestre, por primera vez en la historia de la Universidad de Nariño, hayan pasado por la Vicerectoría Administrativa , responsable del manejo económico de la institución , tres funcionarios . Ello demuestra claramente la improvisación y el desconocimiento frente a un aspecto tan delicado como el presupuesto y el compromiso por las clases más desfavorecidas . Alarmante es la solicitud de renuncia a los Vicerrectores de Investigaciones, Administrativo , Académico y la del Secretario General, entre otros, determinación tomada antes de finalizar el primer semestre del mandato del profesor Sánchez Fajardo, las cuales se conocen por información dada a la radio y silenciada inexplicablemente ante la comunidad universitaria.
La Universidad requiere de un proyecto histórico social con acciones vinculantes, ajustado a la exigencia perentoria de construir una nueva sociedad, cuya actitud de sus dirigentes sean ejemplo de vida desarrollando actuaciones enmarcadas en la ética , la responsabilidad académica y social que exige grandes cambios. Requerimos de una universidad organizada, con normas, permanentes y protegidas contra dictadores que las modifican a su acomodo y necesidades personales. Necesitamos un clima laboral que de paso a sanas costumbres de convivencia y participación estamentaria sin afectar a los estudiantes, a los docentes hora cátedra, a trabajadores y empleados de contrato, que rescate el valor de comunidad universitaria y acabe las pequeñas autocracias, construya ejemplos de vida formando académica y éticamente hombres y mujeres miembros de una sociedad que reclama líderes honestos, pensantes, propositivos.
La región requiere liderazgo de la universidad en un debate público, transparente y libre sobre los temas que la afectan, ya que nos corresponde ser los garantes de la formación de una cultura ciudadana. Esta universidad que «soñamos» no puede existir sin democracia amparando el desprecio a la voluntad popular, quienes después de ser electos con serios visos de fraude no contrastado en el reconteo, sindican a estos procesos de «democraterismo». El problema no es la democracia sino que todavía las masas universitarias se dejan engañar de falsos mesías que han sabido utilizar el discurso, la retórica, el clientelismo y el pasquín para llegar a los cargos directivos, donde con sus actos y actitudes despóticas de gobernantes soberbios demuestran realmente el odio y el irrespeto que profesan por las diferentes sectores de la comunidad universitaria. No puede haber democracia mientras existan privilegios, injusticias e irrespeto a la diferencia.
De esta práctica antidemocrática vigente se derivan problemas adicionales graves atentando a la estabilidad financiera de nuestra institución como es la de suplantar la ineficacia en gestionar recursos con empréstitos que harán retroceder a la universidad treinta años atrás, cuando autoridades irresponsables hipotecaron la educación superior al sistema bancario. Con preocupación nos enteramos de la noticia entregada a los Medios sobre la posible contratación de un préstamo por 10.200 millones de pesos, sin documentar los términos, el destino y la situación difícil en que se pone a la Universidad, lo que demuestra por enésima vez que la gestión internacional y nacional de esta Administración es retórica e inexistente en grandes obras físicas o académicas: era falsa la información de un rector amigo íntimo de la clase dirigente del país.
Contrasta nuevamente el proyecto democrático de elegir al Director de Bienestar Universitario(ex Decano de Estudiantes) por vía de elecciones, sostenido en la campaña del profesor Sánchez , hoy negado por la selección a dedo de un funcionario desconocido en la universidad y como pago político a la Juventud Comunista (JUCO). Los Medios universitarios dejaron de ser democráticos , en especial la radio dirigida por un pariente del Vicerrector Académico, en la medida que están manejados por la administración actual, sin censura de ningún tipo y dedicados a exaltar la inexistente labor del rector. Lo único que tenemos claro es que los costos finales de estos despropósitos lo pagarán los estudiantes con sus matriculas, aunque se contemplen medidas de excepción las que hemos obligado a realizar por obra de nuestra propuesta democrática, pese al claro juego que se está haciendo a la política de privatización y a las exigencias del Fondo Monetario Internacional. Los intereses de los organismos internacionales se vienen aplicando paulatinamente a partir de los estudios hechos por el Banco Mundial y su propuesta teórica consignada en el documento «La Educación Superior: Las lecciones derivadas de la experiencia»( 1995), a partir de la cual se han puesto en marcha las diferentes reformas que afectan a la educación superior y que están transformando la universidad pública, amarradas a las políticas de empréstitos para el desarrollo de América Latina afectando de manera ostensible a la población más pobre. Se consigna además la necesidad de eliminar la democracia, estimular el clientelismo y fortalecer los mecanismos disciplinarios sobre profesores y estudiantes para frenar el descontento popular.
La autocrítica de esta administración tiene que ir más allá de los «sueños» a ser real, concreta, no de discursos retóricos sino transparente, basada en el conocimiento administrativo para superar la crisis. No es ético exponer como logros actuales algunos resultados que provienen de períodos anteriores y se materializan en este semestre.
3. Libertad de elegir y ser elegido como fuente integral de la democracia.
El unanimismo siempre es tan sospechoso .Sólo las urnas dan cuenta de la legitimidad. Anónimo
Del modo como se accede al gobierno universitario es como se desarrollan las políticas y el manejo de una institución. Si se llega al poder por obra de procesos basados en amenazas, pasquines, trampas, auto injurias para manipular la opinión pública y despertar la compasión ciudadana, alianzas clientelistas, retórica por sobre planteamientos y proyectos serios, se termina ejerciendo una administración correlativa a estos adversos mecanismos. Por el contrario, cuando existe un proyecto serio de universidad, estructurado en la experiencia y en el conocimiento del acontecer pedagógico, académico, nacional e internacional, de las necesidades de nuestra región, con equipos de trabajo incluyentes, tolerancia, entre otros factores de convivencia, es factible elevar la calidad institucional.
Es absolutamente claro que la Democracia real no se acaba en las elecciones, pero es aún más cierto que de ella dependen las políticas que se ejecuten en una institución. La real participación en la Universidad significa extender la democracia y producir los contenidos desde las bases para construir colectivamente una transformación integral. El nombramiento de Decanos y Directores sin ser elegidos por la comunidad de manera participativa ha generado una resistencia profunda por parte de la mayoría de los sectores estudiantiles y profesorales, acrecentada por la decisión rectoral de insistir en que no haya elecciones. Un gobierno que no permite oposición, que agrede a los contradictores, que criminaliza a los estudiantes, entre otras formas de opresión, es autoritario y fascista. Por ello, la comunidad universitaria debe cambiarlo para posibilitar la Democracia.
También es evidente que vivimos una crisis interna de gobernabilidad reflejada en el excesivo centralismo de la rectoría que ha distorsionado el verdadero papel que debe cumplir como ente gestor administrativo, estimulando a decanaturas y direcciones de departamento como extensiones de su poder y agentes de control, las cuales han perdido la claridad de sus competencias relegando el propósito que deben asumir en la vida académica y administrativa de sus unidades. Un buen modelo de dirección, elección y participación nos dará la posibilidad de tener una Administración con gobernabilidad, con normas precisas y permanentes que no se ajusten a las necesidades coyunturales de los grupos de poder del momento y que centre su estructura en torno a un proyecto educativo. La gobernabilidad implica tener una estructura de gobierno sensata y permanente , un equipo de trabajo conformado por todos los directivos administrativos y académicos, realizando gestión basada en un proyecto académico institucional, con claras jerarquías, funciones y competencias precisas que impida la politización de los organismos ,acabe las coaliciones de poder y la repartición burocrática.
4. Autonomía y lo público como esencia de la Universitas.
En el documento «Nuevos Rumbos para la Descentralización» se plantea el tema de la autonomía universitaria. Según juicio de MinHacienda, la ley 30 se ha quedado corta en su función reguladora de las implicaciones que ésta tiene en el campo académico, financiero y administrativo. Su enfoque en materia de autonomía se reduce al plano de lo financiero en el que la universidad debe acelerar el proceso de reducción del gasto público incentivando el transito hacia su privatización ya que «…Una mayor autonomía institucional es la clave del éxito de estas reformas, especialmente aquellas reformas que tienen como objetivo principal la diversificación de los recursos….La autonomía no solo implica que las instituciones puedan retener los recursos adicionales que han podido reunir para mejorar la calidad en lugar de transferirlos al Ministerio de finanzas, sino también que puedan controlar los principales factores que determinan los costos; en particular, el número de los estudiantes que ingresan y el nivel de los salarios para el personal académico y administrativo».El incremento de matrículas, incentivos a la venta de servicios, recorte en los salarios de los trabajadores y persecución a los docentes hora cátedra son correlativos.
Contrariamente, hablar de una auténtica autonomía universitaria implica tener en cuenta las libertades públicas que enmarcan la libre expresión, el derecho a la movilización, al libre pensar, la libertad de cátedra, la capacidad de autoevaluarse y autorregularse. Hoy nos encontramos ante una intransigencia ideológica donde es prohibido discrepar, reflexionar, objetar y contraponer. La autonomía universitaria es, por tanto, contraria a este estilo impositivo, a la dirección dictatorial, que niega la capacidad de pensar sumergiendo la academia en la inercia intelectual, la decadencia y el absolutismo. Debemos consolidar la autonomía institucional, colectiva e individual, desde una academia propositiva e incluyente en la que quepamos todos.
5. Sentido social de la Universidad y Compromiso por una Transformación Democrática.
La educación es un derecho social fundamental e inherente al ser humano que debe ser financiado por el Estado, desde la cual podamos construir país y región. El sentido de lo público en la universidad está determinado por la posibilidad de un amplio sector de la sociedad de acceder a la educación superior de manera igualitaria. Es un derecho abierto a todos, sin distinción económica, racial y de credo, donde se promueve la libre expresión y la movilización, condiciones indispensables para que aflore el pensamiento y la creatividad, se consolide el arte, la cultura, las ciencias humanas y las ciencias exactas. Por su carácter democrático y plural no da cabida a políticas que atentan contra la libertad de pensamiento, la libertad de cátedra, de organización y expresión, accionar que obedece exclusivamente a las necesidades que su proyecto académico de equidad exige. La U Pública es espacio para la concertación y la justicia social a través de la práctica del conocimiento.
Es menester que la universidad se proyecte según sus propias dinámicas ajustada a su contexto y comprometida con la transformación de la región asumiendo una postura critica, formativa y social, que le permita liderar la lucha para reducir las diferencias sociales y económicas, a la vez que centrar su desarrollo en la labor misional que es la de formar profesionales, producir conocimiento, desarrollar la investigación con pertinencia social y proyectarse en bien del desarrollo regional y nacional. En esta dirección es preciso seguir insistiendo en la defensa de la universidad pública, con autonomía, administración de gestión y cogobierno, con clara participación de las comunidades indígenas y afrocolombianas. Es necesario consolidar la democracia y la vocación humana para con estudiantes, trabajadores y profesores, hoy ausentes. Las elecciones de dignatarios son una prioridad .
Finalmente, de la Administración actual se requiere la madurez suficiente para rectificar, sin que la respuesta sea el pasquín, el señalamiento, la amenaza soterrada, entre otros mecanismos, para amedrentar al pensamiento libre y la sana reflexión. Sin embargo, tendrán que enfrentar a quienes no tienen miedo a decir la verdad y se sustentan en los derechos de esta universidad a ser dirigida con conocimiento, eficiencia y razón.
Exhortamos al Honorable Consejo Superior a pensar y actuar decididamente en pro de una Transformación Universitaria, como lo planteamos en nuestro proyecto, retomando además meritorias propuestas ya expuestas por otros sectores y desechadas autocráticamente, haciendo suya desde ya la Revocatoria del Mandato del actual rector para redirigir nuestra UNIVERSITAS. Dado que las supuestas condiciones para suspender las elecciones no están vigentes es prioritario realizarlas a más tardar en octubre so pena de demostrar claramente la mentalidad autoritaria de la Administración actual y la complicidad de organismos universitarios.
Concertación por la Universidad, comprometido con el derecho de la sociedad nariñense y colombiana a una educación de calidad en condiciones de Democracia Cualificada, invita a los sectores estudiantiles, profesorales, trabajadores, empleados, egresados , comunidad en general, conscientes de la crisis que afecta a esta institución, patrimonio de la educación en el sur occidente, a construir un gran FRENTE COMUN UNIVERSITARIO que saque a la UDENAR de esta grave situación movilizando vastos compromisos y fuerza moral en defensa de la universidad pública y el derecho a una educación en democracia.
San Juan de Pasto, Ciudad Universitaria, 13 de agosto de 2008
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